¿Quién quiere pasarse la vida invirtiendo tiempo, energía y recursos para no conseguir los resultados que persigue? La respuesta es obvia: nadie desea esforzarse en algo que no le dé los resultados esperados. Pero ¿es cierto que esto pasa?
Hay mucha gente a nuestro alrededor que se levanta todos los días con ganas de hacer cosas, de crecer y de mejorar para conseguir sus sueños. Y, en cambio, cuanto más trabaja más se aleja de los objetivos, ya que sus creencias equivocadas hacen que actúe en el sentido contrario al debido. ¿A cuántos empresarios les ocurre algo parecido?
Hay cientos de pequeños matices que marcan la diferencia entre tener problemas en el día a día y fracasar (o tener éxito) en lo que estamos haciendo.
El mundo está cambiando y mucha gente todavía no cree lo que sucede a su alrededor. Inclusive con el Covid-19 muchas personas, y lo que es peor, muchos empresarios, aún creen que va a volver la normalidad que teníamos hace unos meses y que cuando esto acabe todo será como antes.
Nada de esto sucederá, El Covid-19 es un acelerador del proceso de evolución que hubiese llegado por s isolo dentro de unos 3/4/5 años en todos los aspectos sociales, de trabajo, de toma de decisiones…, etc.
Las diferentes culturas y las generaciones con las que tenemos que interactuar dentro y fuera de la empresa, la tecnología, los robots, la inteligencia artificial, la realidad virtual, la transformación más allá del cambio de nuestro entorno… hacen que estemos sumergidos en un terreno pantanoso, que estemos en modo “beta” constante, en el que la espesa niebla que nos rodea no nos deja ver claro el camino que pisamos ni la dirección que hemos tomado.
Por ello, a menudo caemos en la rutina de hábitos creados sin saber cómo salir de este descenso a un pozo sin final.
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¿Qué podemos hacer nosotros? Podemos hacer mucho, pues en nuestras manos esta pararnos a pensar, tomar notas y entender que «nada cambia si yo no cambio», y que mi alrededor nunca será como lo fue hace incluso, unos pocos meses.
Podemos ser responsables de nuestras acciones y decisiones o, por el contrario, víctimas de ellas. Todo depende de la actitud que adoptemos y de nosotros mismos, de si somos parte del problema o de la solución.
Todo depende de ti. Como decía AlbertEinsten. “la imaginación es más importante que el conocimiento”
Escrito inspirado del prólogo del libro ¿Cuándo Perdí Las Llaves?
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